EVO
LUCIÓN
EMPRESA LÍDER DE FORMACIÓN
EN HÁBITOS Y DESARROLLO PERSONAL
Uno de mis retos más grandes ha sido levantarme cada día de mi vida y exponerme al frío.
Beneficios: destapar un poder interior desconocido, fortaleza mental, claridad mental, apalancamiento para enfrentarme a otra situaciones retadoras, liberación de agobios y estrés, fortalecimiento del carácter, mejora del estado de ánimo, ganancia de entusiasmo y pasión.
Lo he realizado durante todo un año, en sus 4 estaciones y en 5 ciudades diferentes. Algunas más frías que otras.
Al principio empecé con ducha templada (a mitad), luego terminaba las duchas con algo de agua fría, empezaba las duchas ya frías y he terminado entrando a la menor temperatura posible y aguantando minutos.
Al principio no resistía ni 10 segundos. Ha sido un avance progresivo.
Mi cambio mental mayor vino cuando en junio de 2023 me sumergí en una bañera con 300 kilos de hielo. Aguanté 5 minutos. Salí durante 2 minutos y volví a entrar. Esa segunda vez casi me da una hipotermia.
Las horas a las que me he dado la ducha han variado. Al principio a las 8.30am cuando volvía del gym. Desde hace meses me la doy a primera hora, nada más levantar. A las 6am. Lo que hace su inmersión de mayor fuerza de voluntad.
También me la he dado a las 5am, en el patio con manguera a las 6.30 y en la playa sobre las 7.30 am estando en invierno.
Las más frías y placenteras han sido en Jaén, Granada y Madrid siendo invierno. Sitios de mucho frío donde el agua salía especialmente congelada. Es donde más me ha costado, y donde he disfrutado más.
¿El motivo de este reto?
Creer que no puedo hacerlo, antes de empezar. Y acabar siendo un auténtico enamorado del frío, a día de hoy.
Los beneficios a nivel salud son innumerables. Es un hábito ancestral que reduce el estrés, la ansiedad y no se cuantas cosas más. Aunque me interesa mi salud, lo considero un bien menospreciado. Las personas no valoran su salud hasta que la pierden o un familiar está enfermo.
Me centro más en mi carácter. Este acto de incomodidad voluntaria ha sido el más grande que me he enfrentado (junto o comparable con madrugar sin obligación). Siento como ha forjado mi carácter. Ya que muchísimos días no me apetecía nada meterme en frío. Y lo he hecho. No conozco el agua caliente en 365 días. Sólo recuerdo un día que volvía de esquiar, estaba congelado y necesitaba agua caliente. Lo demás no solo ha consistido en exponerme al frío, sino suprimir el calor.
Aumento de mi fuerza de voluntad. La fuerza de voluntad es un músculo. El más preciado aun siendo invisible a los ojos de la mayoría. Ha aumentado en un 300% después de este tiempo
Conexión con mi respiración. El frío te reconecta con la respiración. Sobre todo cuando te estás secando o cuando decides no usar toalla y secarte con el calor corporal que hay en tu interior.
Conexión con mi yo interior. Te conecta con quién eres, con tu propósito y con tu esencia del ser. Te conecta con lo puro y real, también con la naturaleza.
Destapar una fuerza ancestral. La comodidad mata al hombre. Si hoy en día hay tantos problemas mentales es por un mal concepto del confort. Durante la mayoría de años que el hombre ha pasado en la tierra ha estado rodeado de frío. Ahora usamos calefacción, abrigos, una cama calentita. Nos hemos alejado de lo natural, de uno de los hábitos más poderosos que da la naturaleza.
Sigo con mi reto de forma indefinida, buscando aumentar más mi exposición al frío.